lunes, 25 de septiembre de 2017

Barcelona. Atentado.



Atentado a las sociedad abiertas (Rajoy dixit)


El punto de partida de esta reflexión es el absoluto rechazo a la muerte de inocentes, venga de donde venga la violencia, o la forma que ésta asuma.
Hoy la lucha contra el terrorismo es la principal prioridad de las sociedades libres y abiertas como la nuestra. Es una amenaza global y la respuesta tiene que ser global. Todos quienes compartimos el mismo amor por la libertad, por la dignidad del ser humano y por una sociedad basada en la justicia, y no en el temor o en el odio, somos aliados en esta causa." (Rajoy presidente de España)
Luego de escuchar el discurso de Rajoy, que expuso luego del atentado en Barcelona, me surgen estas preguntas:
¿Sociedades abiertas vs. Sociedades cerradas?
¿Occidente vs. resto del mundo?
¿Hay muertes más dolorosas que otras?
¿Hay formas de morir de forma violenta  más repudiables que otras?
Nuestro presente esta signado por una violencia creciente que no reconoce fronteras. Nadie queda afuera,. La identificación del enemigo es incierta, compleja.  ¿El enemigo de quién?  A quién?
El peligro que corremos es volvernos indiferentes, o peor aún,  justificar algunas muertes en desmedro otras, aquellas que  podemos llegar a considerar justas…      
En estos tiempos violentos que nos suceden aumenta cada día la confusión, al agobio. Entregados al espectáculo de muertes incomprensibles que refleja la pantalla. Aunque de modo malicioso,  cínico no  develan las otras muertes que se alojan en rincones donde no llega la lente y si llega ésta se apaga.
Se nos enseñó desde la escuela primaria que somos occidente. ¿Qué es Occidente sino una construcción impuesta desde el coloniaje y que persiste en las actuales neo colonias?
¿Nos sentimos Occidente porque queremos parecer racionales, blancos y decentes?
Me pregunto  ¿Cuál es la decencia de Occidente? Imponer discursos de odio? Saludar a los penitentes que piden ser perdonados por sus desobediencias? Reclamar y proclamar condenas a quienes piensan distinto? 
¿Nos duelen menos las muertes de civiles (muchos niños entre ellos) en Yemen, en Alepo (Siria) en Libia y otros sitios de Oriente próximo?
Estos no salen en las noticias en el tele, son silenciados, no importan o importan mucho mucho menos….
En Barcelona se numeran los muertos y heridos.
¿Por qué no se cuentan en Oriente los que a diario caen bajo otros fuegos, los fuegos de Occidente?
¿Somos Occidente los latinoamericanos? O somos el resto del mundo???
Difícil encontrar certezas en horizontes colmados de incertezas…   Las posibles respuestas  a esta pregunta surgen del imaginario de cada uno/a que se interroga. Aunque hay una cuestión que nos iguala a esos otros que permanecen ocultados: la desigualdad creciente de los nuestros que son los vuestros…
En Yemen por escándalo (no por ejemplo) murieron este año medio millón de personas por el cólera!!! El cólera!! Una enfermedad evitable por casi toda la gente de a pie y de la que se conocen los agentes que la provocan!! Y que tiene soluciones a la mano.
Pero la desigualdad hace estragos. Sobre eso no hay dudas…         
Creo que es urgente no silenciar, no permanecer indiferentes por el sufrimiento de todos nuestros hermanos.


Cristina Campagna

domingo, 24 de septiembre de 2017

No Matarás.


Sentido y sinsentido de una prohibición


Si hay una experiencia que nos ha atravesado en el siglo XX y nos ha ubicado exhautos en las puertas del tercer milenio, es la de los diversos holocaustos. En nombre de soluciones finales, de reconstrucciones patrias, de limpiezas étnicas, de purgas necesarias, de seres nacionales, se ha desplegado todo un arsenal metafórico para hablar de la abolición de lo impuro, distinto, extranjero, anormal, in-humano, irracional.
Así se constituyó una voz que legitimó el peso de la muerte. En el siglo de las luces todo debía ser racionalizado en un mundo que comenzó administrando bienes y recursos y terminó contabilizando cuerpos y muertes. Esos cuerpos, de dudosa relación con el alma, que nos legó Descartes, más el resto de los entes clasificados, definidos y domesticados tomaron un lugar unívoco. El exceso, lo que sobra, símbolos, deseos, hombres, será recortado, objetos de las matanzas administrativas, de las que habló Hannah Arendt. Formas de ordenar un espacio geográfico y político que llegó a borrar los cuerpos de los nativos –los naturales- pertenecientes a la “irracionalidad” dominado por la racionalidad de los diversos imperios.
Pero si hay individuo es también en tanto su cuerpo no es objeto de sacrificio, aún cuando pertenezca al caos de lo viviente. El rito y su repetición simbolizan la marca inscripta en el cuerpo, sacrifica en él lo que lo evidencia como pura inmediatez natural y lo relanza como humano por la mediación de la cultura. Identificación simbólica que permite la reunión de los hombres en torno al altar del sacrificio, lugar común de la ciudad. Pero lo sacrificado, lo que se pierde para que haya comunidad, es el poder de matar al otro.
Sacrificio paradojal que se articula como prohibición: el No matarás internalizado como forma de subjetivación. Rito que instaura el orden simbólico y que se erige para impedir la muerte perpetua, multiplicada en los genocidios. Así se garantiza la vida natural como condición de la vida del espíritu. A eso se lo ha denominado el origen de lo político. El contrato que funda lo social en la modernidad es el pasaje del hipotético estado de naturaleza al orden político por la vía de un acuerdo, de una convención entre individuos igualmente racionales, desinteresados y propietarios de sus pasiones. Indivisibles, esos átomos racionales someten su voluntad a su razón y realizan un contrato solo posible para sujetos que no padecen sujeción alguna. Así, el contrato social lockeano naufraga en el lugar en que los individuos se apropian del sistema de la lengua para decir su palabra. En plena crisis de lo político y de las ideologías, la pregunta se articula en discurso por la vía de un lazo social que pregunta por la vacilante capacidad de representación de los signos con relación a los intereses .
Dudo, hablo, entonces estoy con otro. Un modo distinto de enunciar el cogito. Esta suposición del otro, si no prospera en diálogo, al menos impedirá por un momento el asesinato recíproco.
El No matarás es oposición a toda respuesta, no importa su proveniencia: ideologías, sistemas administrativos, fundamentalismos, ciencia, etc., porque se coloca a favor de un principio de vida contra toda la organización burocrática de la muerte,aún cuando tome las formas positivas de la raza superior, de la patria, del valor inmanente del descubrimiento científico… La vida no se sustancializa en contenido sino que es sostenida como la materia prima, ininteligible, indeterminable, un modo de pensar el límite y no la positividad capturable por vía de los sentidos o de la intelección. La vida en su movimiento es lo que nos da la espalda, lo gravísimo que hay que pensar. Y el No matarás es un movimiento, a la vez irreductible y fundante para el pensar.
Se plantea así la responsabilidad ética que no está ligada a la permanencia en el ser, imposible de garantizar en cogito alguno, sino la fidelidad a la promesa que se articula en la palabra. Promesa de no destruir lo insoportable de la presencia del otro, su absoluta alteridad que no puede reducirse a lo mismo.  Y que por lo tanto, debo limitar a describir, a relatar… La ética así se constituye como otro modo de relación del sujeto con el tiempo, en donde no se adueña de la historia, ni domina el futuro, sino que se despliega en una temporalidad no cronológica teniendo en cuenta lo que adviene en la historicidad misma. El conjunto de las acciones se constituye en la memoria y, como tal, en el relato que hace de los individuos algo más que los miembros de una especie para transformarlos en los que hablan las palabras de la tribu. Para habitar, construir y pensar en comunidad.

Dra. Alejandra A. González
Miembro fundador Comunidad No Matarás



viernes, 15 de septiembre de 2017

Feminicídio será tema de palestra na ENSP em 18 de setembro





A cada hora e meia, uma mulher é vítima de feminicídio no Brasil, segundo o estudo Violência Contra a Mulher: Feminicídios, realizado pelo Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada (Ipea), em 2013. O feminicídio - tipo de homicídio praticado contra a mulher especificamente devido à condição de gênero - ocorre diariamente, atinge a todas as classes e é hoje um dos maiores problemas de saúde pública do país. Para discutir os desafios do cenário brasileiro e traçar perspectivas, o Centro de Estudos Estratégicos da Fiocruz (CEE-Fiocruz) e o Departamento de Direitos Humanos, Saúde e Diversidade Cultural (Dihs/ENSP/Fiocruz), convidaram a juíza Adriana Ramos de Mello, titular do 1º Juizado de Violência Doméstica e Familiar contra a Mulher do Tribunal de Justiça do Estado do Rio de Janeiro (TJRJ), para ministrar a palestra Feminicídio - Uma análise sociojurídica da violência contra a mulher. O evento, que integra mais uma atividade do Centro de Estudos Giuliano Suassuna, do Dihs, e da série 'Futuros do Brasil', será realizado em 18 de setembro, às 13h30, no salão internacional da ENSP.

A Lei nº 13.104 de 9 de março de 2015 prevê o feminicídio como circunstância específica e qualificadora do crime de homicídio, enquadrando-o no rol dos crimes hediondos. Considera-se como crime em razão da condição de sexo feminino aquele que envolva violência doméstica e familiar e/ou menosprezo ou discriminação à condição de mulher. De acordo com o Mapa da Violência 2015 – Homicídio de Mulheres no Brasil, produzido pela Faculdade Latino-Americana de Ciências Sociais (Flacso) e pela Secretaria Especial de Política para as Mulheres, 50% dos homicídios de mulheres são cometidos por familiares e 32,2% por parceiros ou ex-parceiros.

“Trata-se de uma questão que precisa ser enfrentada. Uma das formas de enfrentar esse cenário é tornando a questão conhecida e divulgada. A informação é uma das formas de se combater a violência”, diz Maria Helena Barros de Oliveira, coordenadora do Dihs/Ensp/Fiocruz. A palestra é parte de um conjunto de inciativas que vêm sendo desenvolvidas pelo departamento sobre questões de gênero. “Buscamos fomentar o debate sobre temas fundamentais e urgentes relacionados à mulher, que vive, ainda, sob a invisibilidade da violência. É importante que possamos discutir para que a violência se torne visível e a sociedade possa lutar contra ela. As mulheres precisam deixar de morrer por serem mulheres”, afirma Maria Helena.

De acordo com o coordenador do Centro de Estudos Estratégicos da Fiocruz, Antonio Ivo de Carvalho, discutir o feminicídio é uma forma de trazer à tona os Objetivos de Desenvolvimento Sustentável (ODSs), em especial o Objetivo 5, que diz respeito à igualdade de gênero e ao combate à violência contra todas as mulheres e meninas nas esferas públicas e privadas. Antonio Ivo destaca que o Centro está iniciando, no âmbito da Fiocruz, o processo de monitoramento dos ODSs, com vistas ao cumprimento das metas estabelecidas, até 2030.

Sobre a palestrante Adriana Ramos de Mello

Juíza titular do 1º Juizado de Violência Doméstica e Familiar contra a Mulher do Tribunal de Justiça do Estado do Rio de Janeiro (TJRJ). Vencedora, em 2014, da XI edição do Prêmio Innovare, na categoria Juiz, com o Projeto Violeta, criado com o objetivo de acelerar o acesso à Justiça pelas mulheres em situação de violência doméstica, bem como de aprimorar a qualidade da informação destinada às vítimas. Presidente do Fórum Permanente de Violência Doméstica, Familiar e de Gênero, da Escola da Magistratura do Rio de Janeiro (Emerj).

*Por Luiza Medeiros

Serviço:

'Futuros do Brasil' Feminicídio – Uma análise sociojurídica da violência contra a mulher
Organização: Departamento de Direitos Humanos, Saúde e Diversidade Cultural e Centro de Estudos Estratégicos da Fiocruz
Data: 18 de setembro de 2017
Horário: a partir das 13h30
Local: salão internacional (4º andar) da Escola Nacional de Saúde Pública Sergio Arouca (Rua Leopoldo Bulhões, 1480, Manguinhos, Rio de Janeiro - RJ)
Transmissão pelo blog do CEE-Fiocruz: cee.fiocruz.br

Informações
21 3882-9133
cee@fiocruz.br

*Luiza Medeiros é jornalista do Centro de Estudos Estratégicos da Fiocruz (CEE-Fiocruz)

martes, 12 de septiembre de 2017

8571: 1562, 7010




8571: 1562, 7010

Números.

¿Qué números? A que remiten?

A la mentira

Al desasosiego

Al ninguneo

A la zozobra

Al malestar

Al dolor que no cesa

A la desazón

Al tormento


La derecha más pusilánime de la Argentina reconoce 8571 secuestrados por el Estado: 1561 ejecutados, 7010 desaparecidos.
Les gritamos que son  30.000 compañeros/as, personas que fueron reducidos al silencio, que nosotros llenamos ese silencio, son 30.000!! 
Importan los números? Es una discusión estéril? Los números en sí mismos no, pero si esos números refieren a personas si!!!  Más repito son 30.000…
A más de 40 años se pretende instalar con reiteración obsesiva: ni tan demonios ni tan ángeles, algo habrán hecho, pertenecían a organizaciones guerrilleras, eran violentos…
Hoy lo escuchamos del desaparecido en democracia de los mismos que apoyaron el discurso represor disfrazados de ovejas…
Hoy lo dicen de Santiago Maldonado, hoy pretenden justificar, pretenden mancillar, pretenden ultrajar…en su persona a todos nosotros, además a los 30.000!!
Justicia, justicia perseguirás… porque  es una infamia que perdura…
La imaginación al poder rezaba un muro en la rebelión juvenil de mayo del 68 en Francia, la imaginación al poder hoy nos remite a no olvidar, a hacer visible lo que pretenden invisibilizar, son 30.000!! hoy se hace urgente que todos/as pregunten ¿Dónde está Santiago Maldonado?    
Cubierto de una piel de cordero camino al sacrifico, el gobierno represor manto democrático reprime, intenta atemorizar, hace desaparecer…
Estamos en una encrucijada histórica, en una bisagra compleja llena de incertidumbre pero aún gritamos son 30.000!!!
Más números? : 1392, 138, 3261
1392 ejecutados por condena de muerte desde 1976 en EE.UU.
138 exonerados
3261: esperan  la condena y la ejecución
Personas, personas!!! Las cuales tuvieron un juicio y un castigo, tuvieron defensa y jurado
En principio no acuerdo con la pena de muerte, aunque en estos casos se los juzgó desde un marco legal, con el cual disiento, pero marco legal al fin
No pretendo mostrar ejemplariedad o modelo a seguir con estos ejemplos, por cierto!!
Pero nuestros 30.000 carecieron de la oportunidad que si desde la vuelta de la democracia están teniendo algunos de sus asesinos, pues muchos responsables de la desaparición de nuestros 30.000, permanecen en las  sombras…

¿Dónde está Santiago Maldonado?

¿Dónde está Santiago Maldonado? 

¿Dónde está Santiago Maldonado?  

¿Dónde está Santiago Maldonado?  
  
¿Dónde está Santiago Maldonado?   
 
Preguntemos sin descanso por nosotros, y por los 30.000!!!


Cristina Campagna




domingo, 10 de septiembre de 2017

Papa Francisco en Colombia







No matarás





Fundamentalismo y Nihilismo. pensar en otros límites.


No matarás


Los esfuerzos por sostener este Mandamiento que apela, él mismo, al trabajo de la negatividad en su propio enunciado, muestran que hay un reconocimiento de la violencia originaria. De lo contrario enunciarlo sería fútil. El NO tiene la fuerza de la negatividad imperativa que quiere prevenir y sancionar el asesinato, en el conocimiento de que la muerte está en cada uno de nosotros, según el modo de la finitud. Atemperar esa violencia de la muerte requiere del imperativo que hace límite al asesinato.
Sin embargo, no olvidemos que somos y estamos en el conflicto. El peligro –de la muerte- siempre está presente y se manifiesta en la proximidad inquietante del amigo-enemigo, el igual y diferente, entre hostis y hospes, el hostil y el huésped que tienen la misma raíz. Lo más próximo es también lo más peligroso, porque constitutivamente es lo otro. La hermandad es la relación de cercanía y lejanía, de amor y odio, de ternura y envidia muchas veces mostrada paradigmáticamente en los textos sagrados y en las tragedias.
Todos los relatos sobre el crimen fundador, colectivo, ritual, sacrificial, que acompañan a la historia de la civilización no hacen más que retomar la forma metafórica de la falta, del delinquere en el sentido técnico de faltar, de no haber: la brecha, el trauma, la escena primitiva, la laguna de donde provenimos, su ausencia.
Si el neoliberalismo basado en un culto extremo al individuo del éxito es un sistema basado en las exclusiones, el colapso de hoy signado por muertes simbólicas y reales, demanda de nosotros la imaginación de la entrega y la donación, para reconstruir algo en común. Algo en común que repare la falta grave de huida narcotizante hacia un nihilismo ético, consecuencia del fundamentalismo neoliberal-tecno-guerrero. El mismo que inventó el pensamiento único en los ’80 y ahora, la posverdad. Algo en común que repare el error posmoderno de abogar por una diferencia que condujo sin más a la indiferencia y al abandono de personas y de pueblos enteros. Entiendo por fundamentalismo a aquella praxis que afirma que su verdad es la única verdad y que propone una actitud agresiva contra lo que considera no-verdades. Su consecuencia mediata o inmediata es definir al adversario como inferior, peligroso, maléfico, infiel. Por lo tanto, inhumano.
Su contracara es el nihilismo, postura que muchas veces proviene del relativismo o del escepticismo y que, al potenciarse en su indiferentismo ético se torna letal, si no por acción, por omisión.
Unos y otros, provengan de estados autoritarios, de sectas diversas o de ciudadanos que parecen políticamente correctos, conllevan gérmenes de violencia que, agregada a la violencia originaria de nuestra propia condición humana, hegemonizan la historia con guerras santas, genocidios, masacres y terrorismos de estado. Sin olvidar que muchas veces la raíz de tanta violencia es la exacerbación del pathos del egoísmo: el tener y el querer tener más rompe muchas veces los límites del mandamiento y mata, tortura, comercia con armas y con personas transformadas en mercancías.
Estas formas del fundamentalismo y del nihilismo posmoderno sólo pudo concretarse en nuestra patria sobre los muertos reales del período  1976-83.
Si bien hemos logrado mantener a partir de la recuperación democrática un sistema político que parece ser el menos malo de los conocidos, hay deterioro y labilidad cuando los poderes fácticos hegemonizan y parasitan al Estado. ¿Será posible desandar la violencia y vivir juntos en paz? Pregunta política e histórica; no es la primera vez que la formulamos.


Lo propio o lo común


Apelamos entonces al trabajo de la crítica que nos permite discriminar entre la ética de lo propio y la ética de lo común. La ética de los bienes (propios) contribuye a identificar en un solo espacio el ejercicio del poder político - del Estado- con el del interés propio. Restituir la paz sería tener la posibilidad de darle cabida a la categoría de comunidad, que confronta lo común con lo propio, término ligado al sintagma sociedad civil.
Siguiendo las huellas del Communitas del filósofo italiano Roberto Esposito, lo común y lo propio son sustantivos opuestos. Que también responden o declinan éticas opuestas: la ética de los bienes versus la ética de los fines. El primer significado que los diccionarios registran del sustantivo communitas y del adjetivo communis es el que se define por oposición a propio. En todas las lenguas romances, y no solo en ellas, común (comune, común, common, kommun) es lo que no es propio y empieza allí donde lo propio termina.
La comunidad es conflicto porque es el topos común de vida y muerte. La comunidad no es la suma de los individuos, es algo más: cualitativamente podemos definirla como una estructura lábil que sin embargo, se reconoce en los mitos, historias, artes y lenguajes comunes. Y que da sentido a las generaciones como un don que se recibe y se pasa.
Salir de la lógica de lo propio como propiedad permitiría salir de la lógica neoliberal de la adición y de la sustracción, del valor cuantitativo del tener que ya desde Hobbes construye una sociedad de contrato que lleva a una sociedad de desigualdades. Hoy no nos bastan las filosofías ni las artes ni las éticas que entienden que las relaciones fundamentales se dan entre público y privado.
Aunque la figura del soberano del Leviatán  suponga un lugar por encima de las partes, de lo que se trata tanto en el iusnaturalismo como en las nuevas filosofías comunitaristas de corte anglosajón es de resguardar la propiedad: no lo común, sino lo mío.
Estas teorías filosóficas, éticas, artísticas, jurídicas, cuya figura privilegiada es la representación  no bastan para interpretar nuestro mundo y recuperar las cifras de la paz. Hoy necesitamos algo en común: no bienes materiales, ni prestigio, ni negocios. Lo común es compartir la carga de la vida, la falta originaria sin sacarle el cuerpo, sin tener privilegios o inmunidades que permitan mirar para otro lado. Lo común es impropio pero es el lugar privilegiado para reconocernos como comunidad, para poder vivir juntos. La propiedad separa, recorta y hace culto de lo individuo. Lo común reconoce la diferencia en lo horizontal del ser-para-el-nacer y para-el-morir.
Si permanecemos en la lógica del que tiene y del que no tiene, el desmantelamiento será cada vez peor, las leyes dejarán de cumplirse en su totalidad y la anarquía fruto del egoísmo reordenará violentamente lo que reste de nosotros.

Ana Zagari
Directora Comunidad No Matarás
Directora del Observatorio sobre vulneraciones a la justicia social y la paz
Profesora Emérita Universidad del Salvador